Permanentes realidades
Angustiantes tormentos son
parte de la condena eterna al que ese ser fue sometido en el momento que aceptó
sin temor fusionar su alma con otra, intentando convertir su ilusión en
realidad para que no desaparezca al igual que un destello en las frías noches
dentro de los corazones destrozados.
Con fuertes anhelos traza su
ruta sin vacilar esperando y confiando
en una compasiva respuesta por parte de su despiadado captor, que sin
dudarlo dos veces expulsó su presencia de la benevolente existencia que enmarca
lo que más de un hombre llamaría felicidad.
Fuerza y voluntad más que
necesario a la hora de intentar volver a la realidad, dejando lo real de una
vida sin sueños en un rincón de nuestras efímeras existencias, para recordarlo nada
más y que el temor inunde nuestros corazones y nos haga de algún modo evitar
regresar a ese lugar donde por más de una vez volvimos a caer.
Los sueños son la realidad de
un lugar donde despierto siempre estás.
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