Infinitos caminos
Días o noches entre sueños y
llantos, pensando, tal vez meditando. Voluntad, amor, fuerza, fe o inmadurez. Algo
ha de mantener a un pobre mortal en un
triste y a la vez alegre camino que por
desgracia todos han de recorrer. Pobres
y vagas ilusiones pueden ser, un motor, la fuerza para seguir buscando
felicidad ficticia, quizá. O tal vez simplemente siguiendo los rastros del amor
de alguien que muy lejos aguarda por ese triste moral.
Distancia y tiempo, dos grandes
trabas que rompen hasta los lazos más fuertes, apariencias. No hay lugar donde
puedas esconder tus lamentos; insignificantes para el mundo, cuyos problemas se
multiplican cada segundo.
Pronto descubrirás el poder de
la destrucción. Más de una vez ha demostrado su fuerza reduciendo lo que sea
qué esté a su alcance a desgraciados recuerdos. La totalidad de la nada es su
gran aliada dando el espacio suficiente para que dos almas se aprendan a amar,
se empiecen a valorar. Ambas caras de la
moneda: “amar y creer”.
Un mismo camino distintos
destinos, todos ellos parten de la mente. Siguiendo las estrellas no hay suelo cercano
donde pisar, solo grandes abismos esperando una decisión imprudente. Saltar o
volver. Idéntica copia del creador a
volar empezarás y has de continuar fielmente a seguir las estrellas, a
perseguir sueños, a cuidar ilusiones.
El fin de las alturas está tan cerca como el límite del cielo. Ni malo ni bueno, solo una buena lección por aprender con distintos sabores.
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