Delicado equilibrio (Especies animales extintas)



El delicado equilibrio desde siempre ha sido alterado por eventos que van desde el aumento en la actividad volcánica, hasta la mutación de los virus; en ambos casos podemos decir que son eventos completamente naturales, siempre y cuando la mano del hombre no haya estado involucrada, cosa que en tiempos actuales es muy difícil de que eso no pase. 

 Cuando empezamos a tener conciencia las condiciones del planeta al que llamamos "tierra", eran las adecuadas para que la humanidad lo habite, aunque  esa sea la perdición de otras especies. No creo exagerar pues hasta ahora han ya han sido varias las especies animales que han sido extintas por la mano del hombre; como por ejemplo el lobo marsupial, el sapo dorado, el tigre de java y varias especies más.

 Por desgracia la población humana se ha incrementado significativamente en un muy corto periodo de tiempo, haciendo que necesitemos más espacio, más comida, más recursos para poder mantenernos con vida; pero haciendo que otras especies pierdan la suya. 

 Quizá hasta cierto punto podemos decir que sea aceptable, pero todo cambia radicalmente cuando nos damos cuenta que hacemos desaparecer a otras especies no por necesidad, sino por gusto, avaricia, moda o por "mala fe", cómo dicen algunas personas. 

 Ya que todo esto va más allá de la extinción de algunas especies, en poco tiempo los científicos tendrán que idear algo para de alguna forma se mantenga el equilibrio necesario que haga que la civilización humana siga en pie. Esto hará que determinados personajes quieran controlar lo que mas puedan para su beneficio, ya que de alguna forma nuestro destino ha sido escrito por la gente que tenía poder en el pasado.

 Con un intento de excusar a la humanidad por un momento pensé que hicieron lo que hicieron porque no sabían las consecuencias que traería todo el "progreso", pero en el transcurso de la historia han existido hombres y mujeres que entendieron los riesgos del mal llamado "progreso humano"; lamentablemente sus voces han sido ignoradas y hasta calladas.

 Probablemente aún se conserve esa "ley" natural que dice que solo los fuertes sobreviven. ¿Pero acaso no hemos evolucionado hasta el punto donde podamos elegir la opción que dice que todos podemos sobrevivir al mismo tiempo y en el mismo lugar?



A continuación una pequeña lista sacada de wikipedia de algunos animales extintos recientemente. Para más información sobre estos u otros animales sugiero visitar museos, bibliotecas, o realizar una búsqueda más profunda en la Internet.

Thylacinus cynocephalus


El lobo marsupial o tilacino (nombre científico Thylacinus cynocephalus), también conocido como lobo de Tasmania, tigre de Tasmania y tilacín, fue un marsupial carnívoro originado en el Holoceno. Era nativo de Australia y Nueva Guinea y se cree que se extinguió en el siglo XX(1936). Se trataba del último miembro viviente de su género (Thylacinus), viviendo los otros miembros en tiempos prehistóricos a partir de principios del Mioceno.
 El lobo marsupial se extinguió en el continente australiano miles de años antes de la llegada de los colonos europeos, pero sobrevivió en Tasmania junto con otras especies endémicas, incluyendo el diablo de Tasmania. Generalmente suele culparse de su extinción a la caza intensiva, incentivada por recompensas, pero podrían haber contribuido otros factores, como por ejemplo las enfermedades, la introducción de los perros, o la ocupación de su hábitat por los humanos. Aún cuando se lo considera oficialmente extinto, todavía hay quienes dicen haberlo visto.
 Como los tigres y lobos del Hemisferio Norte, de los cuales heredó dos de sus nombres comunes, el lobo marsupial era un depredador alfa. Siendo un marsupial, no tenía relación con estos mamíferos placentarios, pero debido a la evolución convergente, presentaba la misma forma general y las mismas adaptaciones. Su pariente vivo más próximo es el diablo de Tasmania.


Quagga 


El quagga (Equus quagga quagga) es una subespecie extinta de cebra común (Equus quagga). Al contrario que las subespecies hoy existentes, el quagga era una cebra de pelaje pardo rojizo no rayado en el lomo y cuartos traseros, y salpicado de rayas negras en cara, cuello, costados y crines. El vientre y las patas eran enteramente blancas. Estas diferencias tan grandes en cuanto a coloración condujeron a que fuera descrita inicialmente (1788) como una especie aparte.
 Su nombre procede de la lengua de los Khoi (Hotentotes) y tiene un origen onomatopéyico: es una adaptación del ruido característico del propio quagga.
 Los quaggas fueron cazados desde la llegada de los primeros colonos holandeses por su carne y su piel. Una de las referencias científicas más antiguas de la época acerca de la matanza de estos animales, es la de Edwars que, en 1758, describió sus características. Según este autor, "la carne de las cebras era utilizada para alimentar a los peones hotentotes que trabajaban en los campos y sus pieles se utilizaban para fabricar sacos. Y tal era el número de quaggas y hasta tal punto llegarón estas utilitarias carnicerías, que se dio orden a los cazadores de recuperar las balas, extrayéndolas del cuerpo de los animales muertos, ante el temor de que se agotaran las municiones". A mediados del siglo XIX, la colonización del interior ocasionada por el éxodo de los bóer descontentos con la soberanía inglesa sobre la colonia condujo a la matanza de miles de cabezas dentro de un plan general de exterminio de animales salvajes en la zona. Esta política tenía como objetivo el destinar las tierras de pasto de las grandes manadas al ganado doméstico. La población de estos animales en libertad descendió rápidamente, hasta el punto de que la especie ya se había extinguido en Sudáfrica para 1870. En 1793 murió uno de los pocos especímenes cautivos en el zoológico de París, al que siguió el del zoo de Londres en 1872 y el de Berlín en 1875, este mismo año ya resultaba difícil encontrar una sola piel de quagga en África. El 12 de agosto de 1883murió el último quagga que vivía en cautividad en el zoo de Ámsterdam, extinguiéndose definitivamente la subespecie. 


Ursus arctos crowtheri 


El oso del Atlas (Ursus arctos crowtheri) es una subespecie extinta de oso pardo, que habitaba en la cordillera del Atlas, desde Túnez a Marruecos. Era el único úrsido presente en tiempos recientes en África, adonde debió llegar desde Oriente Próximo durante el Pleistoceno, en el mismo proceso migratorio que el ciervo de Berbería (Cervus elaphus barbarus), la hiena rayada (Hyaena hyaena) o la cabra salvaje nubia (Capra nubica).

 De acuerdo con descripciones realizadas en los siglos XVIII y XIX, el oso del Atlas tenía un tamaño muy pequeño en comparación con otros osos pardos (menor que el de un oso negro americano), así como un morro más chato y pelaje más oscuro (prácticamente negro) en el dorso y rojizo en las extremidades y costados. El oso del Atlas se considera en ocasiones como una especie aparte (Ursus crowtheri), pero la falta de ejemplares conservados para su estudio impide la comprobación de esta idea.
 El oso del Atlas se cita en fuentes romanas como abundante en la cordillera del Atlas, que en esa época estaba cubierta en su mayor parte por bosques de pinos. También se encuentra representado en mosaicos romanos de esa época hallados en la zona y es posible que algunos ejemplares fueran utilizados en los espectáculos del circo romano. La caza y la destrucción de su hábitat natural ya habrían reducido considerablemente el número de estos animales para el siglo XVIII, cuando se describieron científicamente por primera vez. Se sabe que hacia 1830, el rey de Marruecos poseía un oso del Atlas en cautividad, y que otro ejemplar fue regalado poco después al jardín zoológico de Marsella. Este ejemplar sirvió como "tipo" para estudiar la subespecie a partir de 1840 y darle nombre en 1844. El último informe sobre los osos del Atlas data de 1867, indicando su presencia cerca de Edough, en la frontera entre Marruecos y Argelia. Es probable que este último núcleo de población no sobreviviese al siglo XIX.



Panthera leo melanochaitus


El león del Cabo (Panthera leo melanochaitus) es una subespecie de león, ya extinta, que vivía en las llanuras herbáceas del Karoo, al suroeste de Sudáfrica. Suele culparse de su extinción a los colonizadores holandeses (bóers). Sin embargo, los verdaderos responsables de su exterminio fueron los ingleses; cuando a principios del siglo XIX se apoderaron definitivamente de la colonia holandesa; y comenzaron a cazarlo indiscriminadamente por deporte y en represalia a sus ataques al ganado, hasta exterminarlo a mediados de la década de 1860.

 La subespecie de El Cabo era la más grande de las que habitaban originalmente el actual territorio sudafricano (la otra, el león sudafricano, sobrevive en la actualidad). No existen records sobre el peso real de estos leones, sin embargo se calcula que los machos más grandes pesaban hasta 250 kg. Las hembras eran algo más pequeñas, pero igual corpulentas, alcanzando probablemente los 150 kg de peso, al igual que las leones de Sudafrica actuales. Debido al clima más frío y seco, los leones de la provincia de El Cabo disponían de menos presas que los de otros lugares, por lo que eran menos abundantes y no formaban manadas, sino que llevaban una vida solitaria como depredadores oportunistas. Los machos tenían una densa melena negra que se prolongaba parcialmente por el vientre, de forma parecida a las de la subespecie asiática y sobre todo a la del Atlas o bereber. Sin embargo, podía diferenciarse fácilmente de ésta por sus patas proporcionalmente más cortas y su melena más lisa.
 El león del Cabo desapareció tan rápidamente tras el contacto con los europeos, que es poco probable que la destrucción de su hábitat sea un factor importante. La caza, tanto por deporte como para proteger los asentamientos y rebaños de los europeos holandeses e Ingleses fueron reduciendo la distribución de esta subespecie. El último león de la provincia de El Cabo fue abatido en 1858, extinguiéndose definitivamente la subespecie cuando un tal general Bisset le dio caza en 1865 al último ejemplar del que se tiene registro, en Natal. También contribuyó a su extinción la paulatina eliminación por parte de los colonos europeos de las manadas de cebras, antílopes, búfalos y jirafas que constituían su fuente de alimento más importante.


Coturnix novaezelandiae


La codorniz de Nueva Zelanda o koreke (en lengua maorí) (Coturnix novaezelandiae) es una especie de ave galliforme de la familia Phasianidae que se extinguió hacia 1870. Macho y hembra eran similares en aspecto, si bien la hembra era algo menor. El primer científico que la describió fue Joseph Banks, que visitó las islas en el primer viaje de Cook. El primer espécimen fue capturado en 1827 para la ciencia occidental por Jean René Constant Quoy y Joseph Paul Gaimard durante la expedición de Jules Dumont D'Urville a Nueva Zelanda y otras tierras del Pacífico.

 Se cree que abundaba hacia 1865; los últimos ejemplares fueron cazados en 1867 y 1868. La extinción fue obra de animales introducidos por los británicos: ratas, cerdos, etc., así como la caza de los colonos. Poco se sabe de sus hábitos. Era un ave muy similar a la codorniz de Australia (Coturnix pectoralis). No tenía subespecies.


Pinguinus impennis


El alca gigante (Pinguinus impennis) es una especie extintade ave Charadriiforme de la familia Alcidae. Fue la más grande de las alcas. A diferencia de las especies actuales de alcas, la gigante carecía de la capacidad de vuelo, aunque era una buena nadadora y buceadora.
 Su incapacidad para volar y lo apetitoso de sus huevos (13 centímetros de longitud y 400 gramos de peso) y carne las hicieron un apreciado alimento y unas presas perfectas ya en la prehistoria, como demuestran varios yacimientos paleolíticos. Fue sometida a una caza despiadada: por otra parte, eran aves confiadas en exceso, que se dejaban capturar con gran facilidad. A finales del siglo XVI el alca gigante ya había desaparecido de la Europa continental y en América del Norte sólo abundaba al norte de Nueva York. Los naturalistas del siglo XVIII describen su sabor como atroz, pero parece que los marineros no tenían un paladar tan exquisito y paraban a menudo durante sus viajes para aprovisionarse de su carne y, sobre todo, de sus huevos. Cuando Linneo nombró la especie, inicialmente como Alca impennis, en 1758, el alca gigante era un animal sumamente raro en Europa, incluso en islas del mar del Norte donde un siglo antes abundaba. En 1790 se capturó un ejemplar en Kiel, lo que causó gran extrañeza por ser el único visto en el mar Báltico en años. Hacia 1800, la especie ya se había extinguido en Norteamérica y su distribución se reducía a Islandia.

 Sorprendentemente, mientras el ave se extinguía en el resto del mundo, las alcas abundaban por cientos en algunos lugares de Islandia, como la isla de Geirfuglasker, adonde se dirigían con frecuencia los marineros para aprovisionarse de carne, pero debían pagar antes la mitad de lo que cazasen a las cercanas iglesias de Kyrkjevogr y Utskála, que controlaban el acceso a las rocas de la isla, azotada también por fuertes marejadas durante todo el año. Peligrosidad y poca rentabilidad mantenían a salvo a las últimas alcas gigantes, de tal manera que algunos años ni siquiera arribaba allí un solo barco. Su suerte cambió durante las Guerras Napoleónicas, cuando dos barcos arribaron allí en 1808 y 1813 (ésta última vez en plena época de anidación) y se cobraron cientos de aves y huevos, sin respetar los privilegios de las iglesias cercanas. Para colmo, un terremoto hizo desaparecer la isla de Geirfuglasker bajo las aguas en 1830. Las alcas imperiales emigraron a otros lugares de Islandia donde no se habían visto en años (y fueron cazadas igualmente), e incluso apareció una, casi muerta de hambre, en las costas de Irlanda. La isla de Eldey, cerca de la desaparecida Geirfuglasker, se convirtió en el hogar de las últimas parejas supervivientes.

 Un ave tan sumamente rara despertó entonces el interés de todos los coleccionistas europeos, que pagaron cantidades cada vez más desorbitadas por hacerse con una piel o un ejemplar disecado de alca gigante. En1840, los marineros de la zona informaron de que la población había desaparecido después de varias expediciones furtivas. En 1844, Carl Siemsen, de Reikiavik, persuadió al pescador Vilhjalmur Hakonársson para realizar una última expedición a la isla, pues había oído que en Dinamarca ofrecían 100 coronas por un solo pellejo de alca gigante que pudieran encontrar. Hakonársson desembarcó en Eldey el 2 de junio junto con otros tres hombres, y dos días más tarde consiguieron divisar entre las gaviotas una sola pareja de alcas en su nido. Las mataron y ya no se volvió a tener noticia de ningún otro ejemplar vivo.
 Varios museos de Europa y Estados Unidos conservan plumas, huesos y huevos de alcas gigantes, especialmente de la "cosecha" de 1830-1831.


Panthera tigris virgata


El tigre persa o tigre del Caspio (Panthera tigris virgata) es una subespecie de tigre actualmente extinta. Su área de distribución original abarcaba la península de Anatolia, el Cáucaso, el Kurdistán, norte de Irak e Irán, Afganistán y gran parte de Asia Central hasta Mongolia. Esta subespecie, la más occidental de todas, era también la tercera más grande, después del tigre siberiano y de bengala.

 Los tigres actuales descienden de una sola población original que durante el Pleistoceno habitaba al sur de Siberia y luego emigró hacia el sur, expandiéndose por gran parte del continente asiático. El tigre del Caspio se originó a partir del único grupo que emigró hacia Occidente, mientras el resto lo hacía siguiendo la costa china. Por ello, se creyó que el tigre del Caspio sería seguramente la subespecie con más diferencias genéticas respecto al resto de tigres. Pero la investigación genética en 2009 demostró que el animal estuvo estrechamente relacionado con el tigre siberiano (P. t. altaica). Separados por una sola letra del código genético, se cree que los dos se separaron el uno del otro en el siglo pasado. Algunos investigadores sugieren que puede ser posible volver a introducir el tigre siberiano, estrechamente relacionado con la distribución histórica del tigre del Caspio, con la esperanza de recrear el gran felino ahora extinto.

 Con el progresivo aumento de la población y presión humana, el tigre del Caspio redujo lentamente su área de ocupación. Se cree que en tiempos de la Antigua Grecia, el tigre ya sólo alcanzaba por el oeste los límites orientales de Anatolia, y por ello no fue conocido por los griegos hasta las campañas deAlejandro Magno contra los persas. Los romanos capturaron algunos tigres del Caspio para usarlos en el circo, generalmente con el fin de enfrentarlo en la arena al otro felino gigante conocido en el mundo antiguo: el león del Atlas.

 La subespecie no sufrió realmente hasta la llegada de las medidas previstas por los zares de Rusia para ocupar efectivamente las tierras fronterizas de Asia Central y el Cáucaso, y así poder reclamarlas sin discusión posible. En los inicios del siglo XX se decidió que no había lugar para el tigre en las tierras que bordeaban el Mar Caspio y se ordenó al ejército que se asegurase de exterminarlo, labor que completó en poco tiempo. Tras los soldados llegaban colonos que deforestaban los bosques y roturaban intensivamente la tierra para dedicarla al cultivo de arroz y algodón preferentemente, por lo que si algún tigre sobrevivía al exterminio directo acababa pereciendo o siendo expulsado de una zona por culpa de la destrucción de su hábitat. También se cazaron sus presas principales y se persiguió al tigre por su piel.

 Al éxito obtenido en la colonización de las tierras bajas del Caspio le siguieron nuevos proyectos similares en elMar de Aral, los grandes valles fluviales como el del Sir Daria y el Amu Daria y finalmente las zonas montañosas que hacían frontera con China, Afganistán y Persia. La última de estas zonas donde habitaron los tigres del Caspio fue Tigrovaya Balka, hoy en día una reserva natural enclavada en Kirguistán. Se han documentado supuestos avistamientos en esta área hasta la década de los 50, pero siempre sin confirmar. En Tayikistán se dieron avistamientos hasta una fecha tan avanzada como 1961.

 Una política similar en el Cáucaso durante la ya fundada Unión Soviética exterminó al tigre en el modernoAzerbaiyán a principios de siglo, aunque en 1964 se informó de algunos ejemplares que había recolonizado el área desde Irán y luego desaparecieron. En el extremo oriental de su distribución, el lago Baljash, la extinción pudo ocurrir entre 1930 y 1940.     La prohibición de cazar tigres en la URSS, proclamada en 1947, llegó demasiado tarde para el tigre del Caspio, pero sirvió para salvar al también extensamente perseguido tigre siberiano.

 El caso del tigre en Turquía es bastante curioso. La legislación de los años 30 en este país consideraba al tigre como una peste en Anatolia oriental, un estatus legal que no se cambió hasta 2004. Cuando se informó de la extinción del tigre en Irán, nadie pensó que pudiera sobrevivir en un país bastante más antropizado como Turquía y la subespecie se consideró como totalmente desaparecida.

 Sin embargo, en 1970 se mató un ejemplar en Uludere, Şırnak (Uludere era una provincia sub-de Hakkari , en 1970), al este del país. Un botánico que trabajaba en la zona llegó a fotografiar la piel del animal en 1972, al que se juzgó joven (y por tanto indicio de la presencia de otros ejemplares maduros) según la distribución de sus rayas. Sin embargo, las distintas expediciones de científicos turcos a la zona no han conseguido dar con ningún ejemplar vivo, a pesar de que varios civiles y militares destacados en la frontera con Irak y Siria han afirmado haber visto ejemplares en la zona en alguna ocasión.


Prolagus sardus


La pika sarda (Prolagus sardus) es una especie extinta de mamífero lagomorfo de la familia Prolagidae, que vivía en la isla mediterránea de Cerdeña hasta su extinción a finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX. Fue descrita por algunos autores sardos como un "conejo gigante sin cola" y se piensa que los nurágicos, los antiguos pobladores de Cerdeña, lo consideraban una exquisitez. La pika sarda junto con la pika corsa (Prolagus corsicanus) eran las dos únicas especies pertenecientes al género Prolagus, y las últimas pikas que sobrevivieron en el continente europeo. Los zoólogos actuales creen que Prolagus sardus y Prolagus corsicanus constituían en realidad una misma especie.
 Ha habido algunas noticias sobre ocasionales avistamientos de pikas salvajes en el interior de la isla de Cerdeña. Sin embargo, ninguno de estos avistamientos ha sido verificado. La última mención histórica de la especie fue realizada por F. Cetti en 1774, quien habla sobre unas "ratas gigantes" muy abundantes en la isla de Tavolara, pero aparentemente ausentes de la vecina isla de Cerdeña.


Paloma pasajera


La cacería ha sido un factor importante en la extinción de ciertas especies. Un buen ejemplo es la desaparición de la paloma pasajera de Norte América. La paloma pasajera era bien conocida por sus enormes poblaciones. A veces, las bandadas tomaban hasta tres días para pasar por un punto; en un caso, se estimó que más de 300 millones pasaban cada hora, escuchándose sus aleteos a 10 km. Estas bandadas, con 2,000 millones de aves, anidaban en largas y estrechas colonias que tenían hasta 60 km de largo y varios kilómetros de ancho; sus excrementos se apilaban de tal manera que mataban a todas las hierbas, arbustos y árboles en el área.
 A medida que pasaba el tiempo, aumentaba la población humana y pronto había ferrocarriles y hogares donde antes había bosques vírgenes, y las aves podían ser enviadas a los centros comerciales. Los bosques fueron cortados. Los cazadores idearon muchas maneras para matar grandes números de aves, incluyendo sofocación quemando la hierba o azufre, envenenamiento mojando semillas con alcohol, golpeando los nidos con largos palos, disparos de cañones, o con redes (y luego aplastaban sus cabezas con pinzas). En 1878, una persona envió al mercado tres millones de aves desde la última reserva del ave.
 La disminución de la paloma pasajera fue tremenda y sorprendente mente rápida. Ya en 1880 sus números estaban disminuyendo en todo Norte América. La última paloma pasajera silvestre fue vista en Michigan once años más tarde y Martha, la última paloma pasajera cautiva, murió en el Zoológico de Cincinnati en 1914. Sorprendente mente, la cacería no fue lo que al final mató a las aves ya que, al desaparecer las grandes bandadas, había dejado de ser lucrativa. Sin embargo, la formación de enormes bandadas había sido esencial para la supervivencia de la paloma y, cuando sus poblaciones se volvieron demasiado pequeñas para mantener grandes colonias reproductoras, otros factores como fallos reproductivos, consanguinidad y muertes por depredación, empujaron la especie hacia la extinción. Con todo, fue la cacería excesiva, y solo ella, la que eliminó el estilo natural de vida de la paloma, y de tal manera que ellas no pudieron recuperarse de la disminución poblacional. En resumen, fue la cacería que provocó finalmente su extinción.


Monachus tropicalis


La foca monje del Caribe (Monachus tropicalis) es una especie extinta de mamífero pinnípedo de la familia de los fócidos. Propia del mar Caribe, probablemente se extinguió en el siglo XX. Habitaba desde las aguas tropicales de Florida a las zonas costeras de Texas, Grandes Antillas (República Dominicana, Haití, Jamaica, Cuba y Puerto Rico) , Pequeñas Antillas (Barbados, Dominica y Guadalupe), las islas Bahamas, al sureste de la República Dominicana y la península de Yucatán, Centroamérica, Colombia y Venezuela. Los relatos de avistamientos ocurren esporádicamente, pero varios intentos de encontrar al animal no dieron resultado. Su extinción fue declarada oficialmente en 2008. La CITES la considera "posiblemente extinta".

 La foca monje del Caribe medía entre 2,20 y 2,40 metros de longitud y pesaba unos 130 kg. Su pelaje era castaño en todo el cuerpo menos en la barriga que era blanco amarillento.
Las crías nacían totalmente negras. Las hembras tenían cuatro glándulas mamarias, en vez de dos como el resto de focas. Los hábitos de reproducción de esta especie son desconocidos, lo único que se sabe es que daban a luz a una cría en torno al mes de diciembre.
 Estos animales se alimentaban de peces, cefalópodos y crustáceos y eran muy activos, sobre todo desde el amanecer al crepúsculo. Sus únicos depredadores eran los tiburones caribeños y, más tarde, el hombre.
El primer contacto de los europeos con la foca monje del Caribe fue a través de Cristóbal Colón en 1493, que describió a los animales como lobos de mar y notó el interés económico de la especie.

 Colón escribió sobre estos animales, "Durante mi segundo viaje a la isla de Santo Domingo, descubrí a un maravilloso tipo de focas, tienen cuatro ubres, son medianas, tímidas  y al parecer tiene buena piel, que serviría para hacer abrigos, esta isla esta llena de encantos"
Con la llegada de colonos, la foca monje comenzó a ser cazada por su piel, su grasa y también como alimento . Más tarde se generalizó la idea de que esta foca era una amenaza para la conservación de los bancos de peces y se inició una campaña semi-organizada para exterminarla.


Tecopa Cyprinodontidae


Este pez era nativo del desierto de Mojave, en el condado de Inyo, California, en los Estados Unidos de América. Esta subespecie de peces fue encontrada originalmente tan solo en las salidas de los manantiales calientes del norte y sur de Tecopa . Primero fue descrita por Roberto Rush Miller en 1948. Su declinación comenzó en los años 40 en que el manatial norteño y meridional fueron convertidos en canales y las casas de baños para los turistas. El renombre de los manantiales calientes de Tecopa en los años 50 y los años 60 llevó a la edificación de hoteles y de parques acoplados a esa área. Por 1981 el Tecopa Cyprinodontidae fue oficialmente sacado de las listas de peces de Estados Unidos.



Baiji o Delfín chino de río


El baiji, también llamado Delfín chino de río, es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Iniidae. Es un delfín de río encontrado sólo en el río Yangtze (China). Apodado "la diosa del Yangtze" en China, se presume extinto a fines del 2006 luego de que una expedición no pudo encontrar ejemplares en el río. Sin embargo, en 2007, un baiji fue avistado por un vecino de la provincia china Anhui, llamado Zeng Yujiang. Las imágenes fueron revisadas en el Instituto de Hidrobiología de la Academia de Ciencias China quienes confirmaron su autenticidad. Pero en los meses de Mayo-Junio de 2008, se ha vuelto ha declarar al baiji, completamente extinto. Su extinción se debe a la industrialización de China, la draga y el uso intensivo del rio para la pesca, transporte y energía eléctrica, el tráfico fluvial y muchos otros factores más.




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