Creo
Aunque éste blog se haya convertido en personal dejando de ser comunicativo seguiré subiendo de vez en cuando una que otra cosa que me parezca interesante.
“Creo…”
(Afirmación apostólica)
Es más difícil decir “Creo” que “No sé”, -Afirma el escritor ingles, jefe de los servicios británicos de información en los Estados Unidos, Sr. John Peck. Pero la afirmación “Creo” es, en su opinión, una de las piedras básicas de la existencia humana. En ella reside el misterio del hombre y del Universo.
“El credo de los Apóstoles –continúa–, no dice “creo esto o creo aquello”; dice, simplemente, “creo”, y en esta simple palabra reside su trascendental grandeza”… Esta es la actitud positiva del hombre ante los problemas de su conciencia y ante el misterioso e inmenso interrogante de la creación. Es la actitud del místico que llega al supremo conocimiento a través de la sutil y radiante luz de la metafísica o de la ilusión y la del sabio que alcanza el mismo objetico mediante la exigente dialéctica de la física. Pero tanto el uno como el otro, el místico como el sabio, enfrentan a los inmensos misterios de la vida humana y de la existencia sideral mediante un acto de fe: Creo. Si no creyeran, serían incapaces no ya de superar los obstáculos de perfección, sino tan solo de vislumbrar la senda por donde deben regirse sus pasos. Creer es vivir. “Yo creo, yo existo”. El ser humano, dice Peck, es el único ente en nuestro mundo que goza de la facultad de conocer, de aceptar o negar, de escoger libremente; de creer en fin. Y esta facultad suprema, concluye, es más importante ahora que nunca cuando se abre ante su perspectiva la infinita majestad de los espacios. Cuando el hombre se arrastraba como un gusano sobre la tierra y compartía con los animales las duras penas de la vida cotidiana, podía, quizás, no creer. Pero ahora que le han crecido alas y comparte las seráficas delicias de la existencia espiritual con los ángeles, no creer es una de las formas más absurdas de la ignorancia. “Creer es, en estas circunstancias, el fundamento de la humanidad y la sabiduría; nuestras esperanza y nuestra certeza inconmovible en un mundo mejor”.
Es más difícil decir “Creo” que “No sé”, -Afirma el escritor ingles, jefe de los servicios británicos de información en los Estados Unidos, Sr. John Peck. Pero la afirmación “Creo” es, en su opinión, una de las piedras básicas de la existencia humana. En ella reside el misterio del hombre y del Universo.
“El credo de los Apóstoles –continúa–, no dice “creo esto o creo aquello”; dice, simplemente, “creo”, y en esta simple palabra reside su trascendental grandeza”… Esta es la actitud positiva del hombre ante los problemas de su conciencia y ante el misterioso e inmenso interrogante de la creación. Es la actitud del místico que llega al supremo conocimiento a través de la sutil y radiante luz de la metafísica o de la ilusión y la del sabio que alcanza el mismo objetico mediante la exigente dialéctica de la física. Pero tanto el uno como el otro, el místico como el sabio, enfrentan a los inmensos misterios de la vida humana y de la existencia sideral mediante un acto de fe: Creo. Si no creyeran, serían incapaces no ya de superar los obstáculos de perfección, sino tan solo de vislumbrar la senda por donde deben regirse sus pasos. Creer es vivir. “Yo creo, yo existo”. El ser humano, dice Peck, es el único ente en nuestro mundo que goza de la facultad de conocer, de aceptar o negar, de escoger libremente; de creer en fin. Y esta facultad suprema, concluye, es más importante ahora que nunca cuando se abre ante su perspectiva la infinita majestad de los espacios. Cuando el hombre se arrastraba como un gusano sobre la tierra y compartía con los animales las duras penas de la vida cotidiana, podía, quizás, no creer. Pero ahora que le han crecido alas y comparte las seráficas delicias de la existencia espiritual con los ángeles, no creer es una de las formas más absurdas de la ignorancia. “Creer es, en estas circunstancias, el fundamento de la humanidad y la sabiduría; nuestras esperanza y nuestra certeza inconmovible en un mundo mejor”.
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