Sarcasmo



El término 'sarcasmo' proviene del latín sarcasmus y éste a su vez del término griego σαρκασμός (sarkasmós). Es una sustantivación del verbo σαρκάζειν (sarkázein, 'morder los labios'), derivado del sustantivo σάρξ (sarks, 'carne'). El significado literal sería "mordedura de labios".

Según la RAE (Real Academia Española) es una burla mordaz con la que se pretende dar a entender lo contrario o manifestar desagrado. El sarcasmo es proverbialmente descrito como "la forma más baja de humor pero la más alta expresión de ingenio" (una frase que se atribuye erróneamente a Oscar Wilde, pero realmente se desconoce su procedencia). El término también se refiere a la figura retórica que consiste en emplear esta especie de ironía. El sarcasmo es una crítica indirecta, pero la mayoría de las veces evidente.

A veces, la ironía se hace evidente por un problema de relevancia, como en el siguiente ejemplo:

* "El finado era virtuoso, amable, y gordo".

Otra de sus formas consiste en expresar ideas y pensamientos fuera de la lógica racional, como en la alocución: Otra de sus formas consiste en expresar ideas y pensamientos fuera de la lógica racional, como en la alocución:

* "Yo divido a los críticos en dos clases: los malos y los que me elogian".

Otros ejemplos de sarcasmo e ironía:

* “Juan llega al trabajo, y lo primero que hace es sentarse y poner los pies encima del escritorio para echarse fresco. El jefe lo ve y le dice: ¡Juan, sigue trabajando así de duro!”

El sarcasmo en la comunicación oral

Como las entonaciones vocálicas usadas para denotar sarcasmo son tan sutiles, el uso del sarcasmo para expresar ideas que no son obviamente irónicas puede llevar a la confusión, especialmente donde hay diferencias de acento o no se tiene experiencia en el uso del lenguaje. El uso del sarcasmo difiere entre países. Muchas veces el sarcasmo es extrañamente mal interpretado, por parte de los que reciben el "insulto". Por otra parte, el sarcasmo en su expresión oral, también puede concebirse como una forma de expresión semi-secreta, de forma en que puede decirse por ejemplo, "aquel respetable varón" refiriéndose a una piltrafa truculenta que emana tufancina (Mal olor de algo). Notable también es el uso que puede darse al contrario del sarcasmo, haciendo referencias con la realidad, en un tono más cortante y ofensivo, puede interpretarse a este de muchas formas, más aún, si éste se lleva a cabo en un círculo social en el cual se toma mucho en cuenta los mensajes subliminales que puede dejar una oración sarcástica.

El sarcasmo en la comunicación escrita

Al estar orientado al lenguaje hablado, puede ser difícil de plasmar en la forma escrita y es fácilmente malentendido. Para evitar este problema se usan comentarios sarcásticos en Internet (por ejemplo: "Qué 'amistoso' estás hoy”). El sarcasmo también puede ser delimitado en la lengua escrita por el uso de mayúsculas, especialmente para denotar un [énfasis] que habría sido puesto en una conversación hablada (por ejemplo: "Bueno, no fue PRECISAMENTE fantástico”).

En el Reino Unido y otros países, la escritura ha adoptado el uso de (!) (Marca exclamativa entre paréntesis) siguiendo al discurso en el cual el sarcasmo o la ironía son perceptibles por el tono de voz.

Sin embargo, esto no es universal. Por ejemplo, Shakespeare usaba regularmente al sarcasmo como una herramienta literaria para enfatizar el punto de un chiste, pero raramente usó alguna marca distintiva. El uso del "(!)" es un fenómeno inglés reciente. Como dijo el científico Jefrey Toloza: "El sarcasmo no es una forma más de hablar nuestro idioma; simplemente es una obra de arte".


¿Cómo funciona el sarcasmo?

Aunque es de uso cotidiano, no siempre es entendido como tal. La ironía o las metáforas a veces son entendidas literalmente y esto tendría una explicación científica. ¿De qué se trata?

Las funciones más elevadas de nuestro cerebro manejan la forma más simple de sarcasmo, según sugiere una nueva investigación. Un trabajo de un equipo de investigadores liderado por Simone Shamay-Tsoory demuestra que la capacidad de entender el sarcasmo depende de una secuencia cuidadosamente orquestada de capacidades cognitivas complejas en determinadas partes del cerebro.

La doctora Shamay-Tsoory, psicóloga del Centro Médico Rambam de Haifa y de la Universidad de Haifa, en Israel, dijo: “El sarcasmo está relacionado con nuestra capacidad para entender el estado mental de otra gente. No es simplemente una forma lingüística, sino que también está relacionado con la cognición social”.

La investigación reveló que determinadas zonas del cerebro que descifran el sarcasmo y la ironía también procesa el lenguaje, reconocen las emociones y nos ayudan a comprender claves sociales. “Entender el estado mental y las emociones de otra gente está relacionado con nuestra capacidad para entender el sarcasmo”, dijo.

El equipo convocó a 41 personas que habían sufrido un leve daño cerebral como consecuencia de un accidente o una enfermedad. Junto con 17 voluntarios sanos, los científicos estudiaron de qué manera comprendían comentarios neutros y sarcásticos leídos por actores.

Un ejemplo sarcástico era: “Joe llegó al trabajo y, en lugar de empezar a trabajar, se sentó a descansar. Su jefe observó su comportamiento y le dijo ‘Joe, no trabajes tanto’”. En la versión neutra, Joe empieza a trabajar apenas llega y la reacción de su jefe es la misma. El estudio demostró que a la gente con daño en el lóbulo prefrontal le costaba detectar el sarcasmo. Los otros, entre quienes había gente con un daño similar en otras partes del cerebro, pudieron ubicar correctamente en contexto el comentario irónico.

Se sabe que el lóbulo pre frontal participa en los procesos pragmáticos del lenguaje y en una cognición social compleja. La sección ventromedial está asociada con la personalidad y el comportamiento social. La doctora Shamay-Tsoory dijo que la pérdida de la capacidad de los voluntarios para entender la ironía era una consecuencia sutil de su daño cerebral, que producía un comportamiento similar al registrado en la gente que padece de autismo.

“Son capaces de mantener y entender una conversación. Su problema es entender cuando la gente habla en un discurso indirecto y utiliza ironía, expresiones o metáforas porque toman cada oración literalmente. Entienden la frase tal cual es y no pueden detectar si el verdadero significado es el opuesto al sentido literal”. En un documento en la edición de mayo de la revista Neuropsychology, su equipo propone una secuencia neural de tres etapas en nuestros cerebros que nos permite entender la ironía.

Primero, el centro del lenguaje en el hemisferio izquierdo del cerebro interpreta el significado literal de las palabras. Después, los lóbulos frontales y el hemisferio derecho procesan la intención del orador y buscan contradicciones entre el significado literal y el contexto social y emocional. Finalmente, la corteza pre frontal ventromedial –nuestro medidor del sarcasmo- toma una decisión en base a nuestro conocimiento social y emocional de la situación.

La experiencia de situaciones pasadas también es importante. “Tal vez es una diferencia cultural. Pienso que el inglés tiene un sarcasmo más complicado y sutil al que los norteamericanos no están habituados”, dijo la doctora Shamay-Tsoory.

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